De protección civil y alertas…Los sin embargos…

Grafico-Sismo

Por: Luis Hiram

Que complicado es a veces tratar de entender a los políticos, sobre todo cuando creen que todo lo saben y que para todo tienen respuesta. El asunto de la protección civil en nuestra querida Capital es para atemorizar a cualquiera. Y, en este caso solo me referiré a un tema: las alertas, mal llamadas alarmas sísmicas.

Y es que para hablar de sismos, cuando menos hay que estar informado. Conocer la historia de los temblores; cuándo han ocurrido y su frecuencia; cuantas afectaciones han causado; el número de víctimas; la falla o acierto de las medidas reglamentarias en las construcciones; los efectos incluso de la corrupción; las políticas de prevención y sus avances y, en fin todo aquello relacionado al tema que permita al funcionario responder favorablemente a su encomienda básica: proteger las vidas de los conciudadanos, casi nada.

Pero parece que a las administraciones actuales de la metrópoli, poco les importa la manera en que se dan todos estos fenómenos. Cuando tiembla (si es que la alerta se activó), después de varios minutos de incertidumbre, lo único que nos dicen es “se activaron los protocolos”…y eso que es o para qué sirve?

O bien a veces nos enteramos que el Jefe de Gobierno “personalmente está revisando la Ciudad a bordo de un helicóptero”…y eso que?, con eso ya no me preocupo?

A mí, a mis compañeros de trabajo, a mis hijos en la escuela, a mi familia, en fin a todos, en que nos beneficia?

Afortunadamente, y ya que hace tiempo me dio por estudiar los asuntos de la protección civil (personalmente yo si sentí pena y dolor como buen chilango, por lo que nos pasó en 1985), he logrado que las personas a las que mencioné antes tengan actitudes y sobre todo una cultura de la prevención que nos permite saber que hacer antes, durante y después de un sismo…al menos en eso me quedo medio tranquilo.

Pero el problema no soy yo junto con mis cercanos…vivimos en una urbe de muchos millones de habitantes!

Yo suponía, tal vez de manera ingenua que la administración del actual Jefe de Gobierno iba a ser la continuación de los aciertos del anterior. Me dijeron que el color que representaba era el mismo. Su efecto político me decía que las cosas irían progresando como antes. Pero ¡oh sorpresa!, resulta que nos es así. Hay un empeño, torpe como en la gran mayoría de los cambios de gobierno, por borrar o acabar con todo lo que huela al anterior mandatario.

Y es que sonaría lógico que existiera esta actitud en algunos ámbitos políticos, o de la propia administración, sobre todo cuando se trata de programas o políticas públicas inútiles o poco prácticos, incluso hasta nefastos. Eso se podpría hasta comprender. Pero cuando las cosas se han hecho razonablemente bien, porqué acabar con ellas? Sobre todo si se es ignorante de los temas, como les sucede a todos los nuevos administradores en la función pública?

Y es que en materia de la protección civil, esto es imperdonable. Porque por celo político esta actividad en vez de progresar, va para atrás.

Para los enterado nos era conocido que el actual secretario del ramo, era un perfecto desconocido en el medio de la proteccion civil, con escaso conocimiento en la materia, lo cual quedo demostrado casi de inmediato, al ocurrir la explosión en Pemex, no solamente no atendió a los medios de comunicación, sino que (se supone que sabe de “protocolos”) permitió que el protagonismo de los funcionarios por aparecer en la zona cero los pusiera en peligro, porque aún no se conocía la causa del evento, y le competía actuar, porque aun tratándose de instalaciones federales, el titular de protección civil local es el responsable de crear las condiciones y los círculos de protección y seguridad para todos. Esto fue una negligencia muy grave.

Por eso es que cuando escucho que la alerta sísmica no se activó, o que se activó pero no tembló, o bien que se activó con un movimiento leve sin necesidad de que ocurriera, o que las señales de prueba se tomaron como verdaderas, entonces si me asusto. Porque ya no es el miedo al temblor sino a los efectos de los sistemas de alertamiento mal operados o mal utilizados. Y al desconocimiento e ignorancia de los titulares.

Los que sabemos y conocemos el asunto, porque el anterior Jefe de Gobierno nos los explicó varias veces, o si no así lo hacia el Secretario de Protección Civil, quienes rápidamente salían a medios, sabíamos que el umbral para la activación de la famosa alerta SAS, (cuya infraestructura de aparatos esta en el Pacífico y que ha costado mucho dinero a la Ciudad y al Gobierno Federa), era de 6.0 grados Ritcher. En otras palabras, si se esperaba que el sismo fuera menor que esa magnitud, la alerta no se activaba.

Ahora resulta que por decisiones cuyo fundamento se desconoce, la alerta se activa para otras magnitudes menores, convirtiéndose en una especie de avisador de sismos. Para eso, mejor me fijo en la lámpara de mi casa y tomo decisiones. No me sirve el alertamiento. Además que no llega a todos los ciudadanos. El mito de alerta pública estriba en que se transmite a la población a través de los medios televisivos y radiofónicos…solo los que están afiliados al sistema. Si no estoy viendo la tele o escuchando el radio y le atino a la estación afiliada, ¡pues ya estuvo que no la escuche!

Parece igualmente que ahora la solución de todo en este gobierno local son las aplicaciones de celular. Aquí hay un pequeño detalle que se les olvida y es que en nuestra depauperada población, no todos tenemos Smart phones y en consecuencia no se debe considerar una alerta pública a la retransmisión de la señal del SAS capitalino y ahí dejarlo todo. El resultado de la aplicacionitis aguda que tiene el GDF es que no solamente no llegan a todas partes, sino que además fallan. Y de esto ha habido sobradas muestras desde hace varios días. La última fue hasta de risa (aunque el caso es serio), porque la alerta se activó un día y a una hora en que no solamente no tembló, sino que las autoridades jamás dieron una explicación congruente de lo que había ocurrido. Y el colmo del Jefe de Gobierno, fue cuando desacreditó al sistema (Sky Alert), que había sido aprobado como viable por la administración anterior!

Qué a este señor no hay quien le informe lo que ocurre en su propia administración?

Se nota que no. Es más dudo que el propio secretario de Protección Civil lo supiera. Y si lo sabía, pues simplemente no informó a su jefe. Que mal!

Al día siguiente tembló, que curioso, parecería entonces que la alerta funciono con 17 horas de anticipación. De risa este comentario que hizo alguien al respecto en las redes sociales.

Sabíamos igualmente que había un sistema replicante que mide aceleraciones equiparables a los efectos de la escala Mercalli y que nos decía con mediciones de “aceleración sísmica” en aparatos instalados en la ciudad, cuanto y en donde se había movido el terreno, sistema conocido como de 360 grados, era un soporte de información que tenía el propio gobierno local. Ahora no nos informan nada de este alertamiento redundante o suplementario.

En fin, podría yo al menos, decir sin mucho conocimiento de lo que ocurre al interior de la administración, pero con el suficiente criterio para evaluar sus resultados, que en el tema de protección civil, los funcionarios de la Ciudad estan reprobados.

Lo que más preocupa es que estamos como en la fábula del lobo y el pastor. Suena la alerta y no tiembla. Qué pasará el día en que nos acostumbremos a esto y entonces el terremoto real si llegue y no hayamos hecho caso a la alerta porque aunque avise ya no le creamos?…yo ya empecé a no creerle…mucho menos a la aplicación…mucho menos al Jefe y a su Secretario…

#NoEraSismo horas después #SiEraSismo

SkyAlert y las fallas en las alertas sísmicas

La población de la Ciudad de México se vio sorprendida cuando las alarmas sísmicas sonaron y nada sucedió. La confusión se apoderó de la gente y en las redes sociales se cuestiono la eficacia del sistema. En la madrugada del 29 de julio, ocurrió un sismo y muchos ciudadanos se quejan que esta vez las alarmas no sonaron.

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